Desde 1831

En el verano de 1991 aparecieron en las dependencias de labor de la casa familiar doce “libros copiadores de cartas comerciales y familiares” - con tapas de piel, manuscritos y poco legibles – escrituras, apuntes de letras de cambio, poderes notariales y dietarios.

Nuestra tía abuela Pilar de Prado Santaella, que en paz descanse, y nuestro tío Pepe de Prado Amián, leyeron toda la documentación con gran cuidado, y reconstruyeron la historia de esas generaciones De Prado que lucharon y nos dieron ejemplo de su honradez, laboriosidad, amor a la familia y espíritu de trabajo - dejándonos lo mejor de su herencia, su apellido.
Agradecemos de corazón a todos los que han hecho posible que podamos construir este precioso proyecto, tan importante para nosotros, y al que llamamos con gran ilusión De Prado Family Space. Especialmente, también, a nuestras queridas tías Ascensión Ruiz de Prado, Emila y Mª del Pilar Herrero de Prado, y Chelo de Prado Amián, que han compartido con nosotros sus recuerdos y álbumes de fotos.

*Casa familiar que fue Palacio Episcopal de la Diócesis de Baena y donde aparecieron baúles con documentación detallada sobre nuestros antepasados.
** Nuestro tatatatarabuelo Rufino de Prado Ibáñez

"Et si oportuerit me mort tecum non te negabo" (Y si fuese necesario que yo muriese por Vos, no te negaré)

En el año de gracia de 1830 fallece nuestro tatatatarabuelo Rufino de Prado en Camprovín (un pueblo de la Rioja Alta), y nuestra tatatarabuela María Barrio se traslada con sus cuatro hijos a Baena, en la provincia de Córdoba (España), donde vivía su hermano Toribio. Toribio cuenta a partir de ahora con la inestimable ayuda de sus sobrinos, Eusebio y nuestro tatarabuelo Víctor de Prado Barrio, para el buen desarrollo de sus negocios.



Nuestro tatarabuelo Víctor murió relativamente joven, a los 65 años, y nuestra tatarabuela María le sobrevivió veinticinco años, en los que demostró ser mujer de valor, tesón y ayuda para todos. Mama-mía, que es como la llamaban, ayudaba siempre a nuestros parientes sin bienes económicos, y se ocupaba que estudiasen carrera y pudiesen desenvolverse en la vida.

*En el centro de la foto, nuestros tatarabuelos, Victor De Prado Barrio y María Padillo Campaña.
** Nuestros bisabuelos, Víctor de Prado Padillo y Ascensión Santaella Ariza

Sabemos por la documentación encontrada, que ya en el año 1831 nuestra familia cultivaba olivos, cereales, viñas y que criaba ganado ovino.

Nuestro bisabuelo Víctor de Prado Barrio llevó una vida muy intensa en actividades familiares, en la agricultura y en la política. Era muy abierto de carácter y servicial para todos. Exportaba su aceite de oliva virgen extra bajo la marca “Emila” – Emila es un nombre de mujer de gran tradición en la familia - y en 1912 recibió un premio en la ciudad de Chicago (EEUU) que reconocía el prestigio y la calidad de sus aceites.



Nuestra tía abuela Pilar nos recuerda que su madre, mamá Ascensión, era una persona muy religiosa y que lo demostraba con los hechos, tenía capacidad para organizar, para educar, para sufrir, y se preocupaba también de los más necesitados.
Amaba mucho la paz y decía “Yo me llamo Ascensión Gregoria de la Paz” y así acababa con cualquier discusión” porque quería hacer honor a su nombre. También tenía aptitudes para el dibujo y la pintura. Sobrevivió a nuestro bisabuelo 29 años, y se ocupó de sus 7 hijos y de los negocios familiares con decisión y sensatez.

*Nuestros abuelos, Pepe de Prado Santaella y Mª Luisa Amián Costi, con su hijo mayor.
** En la actualidad.

Nuestro abuelo Pepe de Prado Santaella era alegre, animoso, divertido, muy cariñoso, patriota y valiente. Murió muy joven, con 39 años, por una lesión de corazón. Nuestra abuela Maruja Amián Costi quedó viuda con 6 hijos, su hijo mayor tenía 9 años, y el menor año y medio. Tuvo que luchar con todo lo que supone educar a una familia numerosa y llevar la labor.



Nuestros padres Rafael de Prado Amián y Teresa Ruiz-Santaella Schrader son muy trabajadores y familiares. Nuestro padre es Prof. Dr. Ingeniero Agrónomo en la Universidad de Córdoba y su gran pasión es la investigación científica y la administración del olivar.
Nuestra madre, hija de diplomático y de Oma – nuestra abuela de origen alemán – nació en La Haya (Holanda), y nos ha educado con gran disciplina y cariño. Hemos crecido en el campo, en un entorno sencillo, plural, rico en experiencias y lleno de respeto por las tradiciones.



En el año 2000 volvimos a Portugal - lugar donde siempre nos han contado teníamos nuestro verdadero origen - con su maravillosa cultura, su gente amable, sus antiquísimas tradiciones, su exquisita gastronomía…, y esa magnífica tierra del Alentejo, llena de sol, con abundante agua y atemperada por los vientos que soplan del Atlántico: un entorno idóneo para cultivar también nuestros queridos olivos, símbolos de la rica cultura mediterránea, y herencia que hemos conservado gracias al sacrificio, la constancia y la convicción de nuestros antepasados.

Nuestra pasión es el campo y cualquier crecimiento de la empresa siempre parte de la tierra. Hoy tenemos olivar en Chile y en California también. Y en 2015 empezamos a plantar almendros, cada primavera disfrutamos todos de un paseo “nevado”, de una belleza increíble que “quita el sentío”.

Hoy entrevistamos a: