ACEITE
Somos el principal productor
de aceite de mundo
Como líderes en la industria, nos enorgullecemos de ser el principal productor mundial de aceite de oliva,
logro alcanzado gracias a nuestra adopción de sistemas de producción altamente rentables y mecanizados. La clave de nuestro éxito radica en la estratégica selección de zonas con una abundante disponibilidad de agua, potenciada por el clima mediterráneo, que favorece el crecimiento óptimo del olivo y sus frutos.
El panorama agrícola actual está experimentando una marcada tendencia hacia la mecanización, y en este sentido, el olivar moderno no es la excepción. Nuestro enfoque en la mecanización garantiza altos niveles de productividad sin comprometer la salud y longevidad de nuestros cultivos.
Este progreso se logra a través de prácticas culturales sostenibles, que no solo promueven altos rendimientos, sino que también se adhieren estrictamente a las normativas de producción integrada, asegurando la calidad y respeto al medio ambiente.
más de 18.000 hectáreas de olivar
En De Prado, hemos dedicado más de 18.000 hectáreas de olivar a la producción de aceite de oliva, consolidando así nuestro firme compromiso con este cultivo. Gracias a la implementación de sistemas mecanizados de última generación, la gran mayoría de nuestra superficie se encuentra actualmente en plena producción. Este enfoque estratégico nos posiciona para obtener rendimientos óptimos y un crecimiento sostenido en los próximos años, reafirmando nuestro liderazgo en la industria.
CICLO ANUAL DEL OLIVO
SOMOS
SOSTENIBLES
Nuestro compromiso con la sostenibilidad se manifiesta en todos los aspectos de nuestra integración vertical. Valoramos y fomentamos la biodiversidad del suelo a través de prácticas especializadas que incluyen el uso de cubiertas vegetales. El cultivo del olivo, reconocido por su impacto positivo en el medio ambiente, se beneficia de las singulares condiciones edafoclimáticas de la Península Ibérica.
Además de nuestras prácticas agrícolas, adoptamos medidas eco-amigables, como dejar los restos de poda en las cubiertas y fincas. Este enfoque busca incrementar la materia orgánica y promover la fijación de carbono en el suelo, contribuyendo significativamente a la salud del suelo y al equilibrio ecológico. Esta integración de prácticas sostenibles refleja nuestro compromiso constante con la preservación del medio ambiente y el desarrollo de una agricultura responsable y respetuosa.